Parroquia de Nuestra Señora de las Nieves de Mantua
Por: Pablo Andrés Pitaluga
06 de Agosto, 2008 (Cubarte)
“Los pueblos a través del tiempo han forjado su propia historia y en ocasiones muchas de ellas no encontraron la luz”
En la región más occidental de Cuba al noroeste de la provincia de Pinar del Rió se haya el costero poblado: Los arroyos, hombres de mar, piel curtida por el sol y el salitre cuyos apellidos al pronunciarse nos resultan ajenos, dan fe de la descendencia italiana que prevalece en el lugar.
Historiadores e investigadores se han dividido en dos grupos, acerca del origen de sus pobladores y la fundación de la Villa de Mantua. El primero afirma que se trataban de piratas que durante años azotaban los mares del caribe y tenían sus bases de aprovisionamiento en la región, en especial, las costas de la Ensenada de Corrientes, San Antonio y Bahía de Cortés y el segundo en el que se encuentra el prestigioso investigador: Enrique Pertierra, eran exploradores al servicio de una monarquía europea los cuales poseían un gran conocimiento sobre las artes y la navegación, cuya misión era recopilar información y material sobre las culturas de la región aun desconocidas por los conquistadores y que en su travesía fueron tomados por piratas, atacados y perseguidos por naves inglesas las cuales los obligaron adentrase en una zona desconocida para ellos, lo que provoco el naufragio de la nave.
Ambos poseen bastos argumentos:
Pero… ¿Quién llego primero?
Comencemos a partir de los finales del siglo XV. Italia se convirtió en el escenario de las guerras que enfrentaron a Francia, España y el imperio, culminando con el dominio de España y los Habsburgo Austriacos; Guerras y alianzas era algo característico en el viejo continente.
Con el advenimiento del siglo XVII comenzó la decadencia española, Francia, Inglaterra y Holanda le disputaban a España sus conquistas de ultramar, plagando de piratas las aguas y costas cubanas, el asedio y el saqueo ponían en peligro los intereses de la corona en las islas del Caribe.
Las protestas a través de los canales diplomáticos por parte de España contra los ataques caían en saco roto, las demás monarquías alegaban que el Caribe se encontraba mas allá de los tratados para tomar cartas en el asunto, haciendo caso omiso a las protestas.
En una ocasión el embajador de España pidió a la reina de Inglaterra la ejecución de Drake, por pirata después que este asaltara y saqueara varias plazas. Como repuesta la reina Elizabeth espero en el Tàmesis al famoso pirata y lo convirtió en caballero.
En el año 1542 Francia firma una tregua con el emperador y rey de España, transcurrido un año rompe con lo pactado y con este motivo los mares de las nuevas indias se inundaron de corsarios franceses.
El francés Roberto Baal comandante de una armadilla corsaria compuesta de cuatro navíos de guerras y un patache, dejando saqueada a Santa Marta y Cartagena, arribó sobre el puerto de la Habana con el mismo objeto no se atrevió a introducir a sus bajeles dentro de su bahía, porque defendían ya su entrada el Castillo de la Fuerza que se hallaba ya con alguna artillería con que resistirlo. Con este motivo anclaron los navíos en la boca del puerto, a donde no alcanzaban los tiros de la fuerza y desembarcaron sus tropas hacia la costa de la ciudad en las playas en la que hoy se halla situado el Castillo de la Punta.
Desde ella marcharon a la inmediata villa, cuyos vecinos los esperaban prevenidos y al abrigo de la fuerza. Diose la batalla y recibiendo los franceses mucho daño del ardor de los vecinos y del fuego del castillo, se vieron necesitados a retirarse. Dejaron en el campo quince o treinta muertos llevando muchos heridos, que con sus vidas y sangre pagaron en La Habana lo que delinquieron en Santa Marta y Cartagena. Volvieron a tomar sus buques y partieron a lamentar su desgracia en los cayos del canal de Bahamas, quedando los nuestros con el honor de la victoria y satisfacción de no haberles costado vida alguna.
El 8 de octubre de 1607, Felipe III por decreto dividió la isla en 2 gobiernos, occidente (capital Habana) y oriente (capital Santiago de Cuba) con el objetivo de frenar este azote el cual eran incapaces de controlar los gobernadores por realizarse en lugares distantes de la capital.
El temor que se asentaran en la isla estaba latente, leamos un fragmento de la carta dirigida a su majestad en 1690 por el gobernador: Severino de Manzaneda, acerca del contrabando en Trinidad, Santi Espíritus, Bayamo y Puerto Principe:
“La expulsión se pudiera conseguir con corta providencia pues de lo contrario se puede temer se hagan dueños de la isla donde si así sucediese en su aplicación harían un Reino que pudiese competir con el mayor y embarazar enteramente el comercio de galeones y flotas cuyas circunstancias pongo en la consideración de vuestra Majestad movido solo del interés paterno de leal vasallo para que enterado ordene vuestra Majestad lo que mas convenga.”
El cabo de San Antonio dada su topografía era la plaza ideal para el refugio de piratas y contrabandistas, sus farallones como fortalezas inexpugnables hacían de sus costas un lugar de difícil acceso para los españoles, sus ensenadas eran espacios propicios para emboscadas navales por cuya ruta transitaban galeones o flotas que entraban, salían o bordeaban la isla.
Piratas franceses, ingleses y holandeses dejaron sus huellas en esta zona y con ella la historia que yace como mudo testigo en las profundidades de estas aguas, victimas de quienes por siglos fueron los dueños y señores de los mares.
Para algunos historiadores e investigadores como Manuel Lucena, el pirata era el que robaba por cuenta propia en el mar o en sus zonas ribereñas. Eran gentes pobres, miserables, delincuentes, vagabundos, desertores o perseguidos por sus ideas. A la piratería se llegaba por necesidad, difícilmente por vocación.
Pero la historia demuestra lo contrario, gran parte de los piratas mas famosos del siglo XVI Y XVIII, tenían sus raíces en la clase media; esto se pone de manifiesto en el conocimiento de las armas, tácticas de ataques y experiencia en la navegación, así, como los códigos establecidos en la cofradía de los hermanos de la costa, que refleja un conocimiento sobre leyes a la hora de redactar su contenido acorde a sus intereses.
Esta se crea a finales de 1620, como característica de toda sociedad sus leyes no eran escritas.
Códigos:
-Se prohíbe todo prejuicio de patria o religión.
-Queda prohibido la propiedad individual (referente a la propiedad de tierras en las islas)
-Todo barco antes de zarpar debe fijar cual será la parte proporcional del botín que corresponde a cada uno de sus tripulantes, siempre en función del rango en la expedición.
-Todos los miembros de la sociedad son iguales entre si. (Esto lo demuestra la tabla de indemnizaciones que consistía en compensar a quienes resultaran heridos o lisiados en combate)
-Queda establecido que, una vez conseguido el botín este será puesto en común para proceder a su reparto. Todo aquel que intente adueñarse u ocultar parte de este y sea descubierto, será sometido a duros castigos.
-Será premiado el primero que aviste a una presa, así, como al primero en pisar el barco abordado. (El premio consistía en elegir una de las piezas del botín)
-La cofradía no se inmiscuye en la libertad personal de cada uno.
-No se obliga a nadie a partir en una expedición pirata. Se podrá abandonar la hermandad si uno de sus miembros lo desea.
La piratería podemos clasificarla en cuatro grupos:
Piratas: Hombres que atacaban los barcos sin distinción de banderas (naciones)
Bucaneros: (Del fr. Boucanier) Hombres que se entregaban al asalto y saqueo de las posesiones españolas de ultramar.
Filibusteros:(Del fr. Flibustier) Conocidos como piratas errantes, jugaron un papel importante en la emancipación de las que fueran provincias ultramarinas de España
Uno de los últimos filibusteros franceses que actuaron cerca del Cabo fue:
Francis Nau conocido como: El Olones” sobrenombre dado por su nacimiento en “Olone´ (Sables de Olone´.)
Los combates navales que pusieron fin a las guerras entre España, Inglaterra y Francia se libraron en las aguas del caribe, los corsarios se convirtieron en los protagonistas de estas batallas.
El investigador Gerardo Ortega ha realizado un profundo trabajo que pone de manifiesto la importancia estratégica del occidente cubano, como centro de operaciones y suministros de las naves piratas en el siglo XVIII, no fue hasta el año 1734 en el que se consolida con la fundación de la última Villa, el cierre de la colonización española en el territorio, lo que demuestra la ingobernabilidad que durante años prevaleció en la región.
La piratería culmino, no porque las monarquías europeas se unieran para combatirla, el desarrollo acelerado y la llegada del barco de vapor a la navegación, fue la causa principal de su desaparición; el corsario devino en una nueva modalidad a nuestros días:
El mercenario: Hombre pagado por gobiernos o potencias, con impunidad absoluta para cometer todo tipo de crímenes, entrenado para atacar y desestabilizar, en lo económico, político y militar a otros estados, se convirtió en el llamado:
“Pirata del siglo XX”, pero esta….es otra historia
Las misiones o expediciones secretas a regiones lejanas con el objetivo de satisfacer el ego de monarcas se convirtió en algo cotidiano en el viejo continente, las islas del caribe eran tema de referencia sobre historias de ríos cuyas aguas rejuvenecían a quien la bebiera o de brebajes afrodisíacos que solo era digno de reyes; decenas de expediciones naufragaron en su intento.
A inicio del siglo XV, Italia se hallaba dividida, compuesta de estados regionales, donde los conflictos y guerras por el control de la región la hacían vulnerable, solo Génova y Venecia conservaron su poderío entre todos los estados italianos, la rivalidad entre ambos los llevo durante décadas a una lucha sin cuartel por la supremacía comercial en los mares, no fue hasta 1528 que Génova se convierte en uno de los puertos mas prósperos dedicados a la construcción naval y como centro financiero muy vinculado a la política de los Habsburgos españoles.
Enrique Pertierra Serra, escribe en su libro como entre los años 1605 y 1610 partió del puerto de Génova en el más estricto secreto una expedición cuyo objetivo era explorar las tierras del nuevo mundo en busca de civilizaciones desconocidas, misión que abortó al ser atacados y perseguidos por naves inglesas las cuales los confundieron con piratas, obligándolos a adentrarse en el archipiélago de los colorados región desconocida para ellos lo que provoco el naufragio de la nave sobre la barrera coralina, y que una vez en los botes incendiaron el barco dirigiéndose a tierras cubanas decidiendo fundar un nuevo pueblo.
Investigadores opuestos a la llamada: “Hipótesis de Pertierra”, alegan que en los archivos y documentos de la época, no aparece recogida la entrada o salida del puerto de Génova de un bergantín bajo el nombre: Mantova, restando veracidad a lo expuesto por el autor sobre la fundación de la villa por navegantes italianos.
Pero hay elementos que confirman y hacen irrebatible esta hipótesis por parte de Pertierra:
-Uno de los argumentos más contundentes a favor del origen italiano de la villa cubana esta representado por la parroquia, erigida en 1716 bajo la advocación de la virgen de las Nieves. Mantua es la única demarcación en todo el país cuya patrona responde a dicha advocación. Virgen que se venera desde tiempos remotos en la basílica Santa Maria la mayor, la primera y mas antigua de Roma bajo la advocación de la Virgen Maria, y en Mantova, donde gozaba de cierta devoción en el siglo XVII, en que existía allí un templo, en la calle Tassoni –destruido ya-, dedicado a la virgen de las nieves. En la iglesia de Todos los Santos- antiguo monasterio Benedettino- todavía se conserva, en una capilla, un fresco de la virgen de las Nieves que data del siglo XVI.
-Los apellidos italianos: Unos 15, están registrados en los libros parroquiales de Mantua y aparecen a partir de mediados del siglo XVII.
Apellidos Venecianos y Genoveses como: Ferrari, Fiallo, Pesana, Pitaluga, Cosme, Rizzo, Pereira, Fiorenzano, Puso y Dolden.
Resalta Pertierra, como dato curioso como algunos de los italianos o sus descendientes, se mezclaban entre si para constituir familias netamente italianas como es el caso de los Ferrari-Fiallo, Pitaluga-Pereira y Dolden- Pereira, entre otros.
-El sacerdote católico Nicanor Suárez Cortina quien permaneció en la parroquia de nuestra señora de las nieves desde 1899 a 1908 recogió en su obra “A Maria Inmaculada” la tradición oral sobre la fundación de la villa por hijos de la península itálica, texto publicado en Pinar del Río en 1905.
-Mucho antes el último capitán pedaneo de Mantua, Lino Baldomero de Coca hizo referencia sobre el hecho en versos escritos sacados a luz por el periódico pinareño El Eco de Vueltabajo, el 21 de febrero de 1878.
-La familia Pitaluga (Pittaluga en italiano) cuyo apellido aparece registrado en los libros de la parroquia de Murta, a partir del año 1530, se distinguía por su tradición marinera y el basto conocimiento de las artes con gran arraigo religioso, capellanes, comerciantes y marineros conformaban las bases de esta familia Genovesa asociada a la casa De Amicis .
Lo que pone de manifiesto que el punto de partida de esta tripulación fue el puerto de Génova.
Tomando como referencia el derrotero de naves francesas, inglesas y españolas entre los siglos XVI y XVII en las aguas del Caribe hacia las costas de Norteamérica y el lugar en el que ocurre el naufragio se llega a la conclusión que la isla de Cuba no era el punto de referencia de estos navegantes, el destino era las tierras aztecas, territorio que hoy lleva por nombre: México.
En 1716, a Mantua se le impone el nombre de Guane del Norte, mientras el primitivo Guani era nombrado Guane del sur.
Curiosamente, en las guías de 1807 y 1818, en el Inventario de Curatos y Beneficios, Guane del Norte no esta registrado y se relaciona a Mantua y a Guane como lo mas recóndito de Vueltabajo.
El nombre de Mantua le fue conferido al pueblo por sus fundadores y se hizo popular entre los lugareños de toda la región, en tanto Guane del Norte fue el resultado de un error de las autoridades coloniales asentadas en la capital Vueltabajera, o bien surgió por el simple hecho de llamar de alguna forma aquella aldea cuyo nexo con la colonización española del poniente cubano era prácticamente nulo. Y todo, porque como escribiera Emeterio Santovenia en su obra, “…casi un siglo pasó Mantua en apartamiento e indiferencia tales que se deslizo entonces sin dejar señal alguna expresiva de su vida”
Con la entrada triunfal del general Antonio Maceo en este territorio, fue que, Mantua, tierra olvidada, pasó a ocupar su lugar en la historia.
Fuente:
“Memorie della Parrocchia di Murta”(1105 – 1873)
“Mantua en Cuba entre la historia y la leyenda”
“Historia de Mantua” por Emeterio Santovenia
“Visitantes del cabo” (Estampas de vueltabajo)
“Historia del Nuevo Reino de Granada”(capX libro I)
“Ruta de exploradores” (siglo XVI-XVII)
“Geografía de la isla de Cuba” por Esteban Pichardo
“Orígenes de la Ciudad de Mantua” de Maria Elena Balans
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